BIZNAGUEROS Y BIZNAGAS

Todavía hoy día en las noches de verano es muy habitual encontrarse por las calles y paseos a algunos hombres ataviados con el traje típico y con una penca (a la que le han quitado las espinas) en la mano, en la que llevan clavadas un puñado de biznagas para venderlas y que van dejando las calles impregnadas de olor a jazmín a su paso.

La biznaga es un símbolo relacionado con la ciudad de Málaga, donde gracias a la herencia de los árabes, y al clima templado, abundan los jazmines. Es raro que una casa malagueña que tenga un jardín, un patio, e incluso un balcón, no tenga un jazmín que lo decore y perfume.

La biznaga no es una flor natural nacida así de una planta. Es una composición hecha con jazmines ensartados uno a uno sobre las púas de cierto cardo seco, formando ramillete y clavado éste sobre una penca chumbera.

¿Cómo realizar una biznaga?

- Coger el tallo de cardo seco de tamaño medio y no esté demasiado cerrado sobre sí.
- Limpiar a mano de las semillas procurando que sólo quede el palito de la umbela. Luego se empareja con las tijeras y si hace falta se abren un poco más.
- Sobre las 7 a 8 de la tarde , recolectar los jazmines que se abrirán esa misma noche, que son los capullos más gorditos. Poco a poco y con paciencia, ir introduciendo los jazmines en los palitos de la umbela. Se debe hacer rápido, antes de que se abran los jazmines.
- Al caer la tarde-noche, los jazmines se van abriendo y el conjunto va tomando la forma de una bola apretada y con un aroma casi hipnótico y mucho más fuerte que el del jazmín si se huele de cerca.
- Al anochecer se abren completamente. Dicen que una en la mesilla de noche te asegura dormir sin mosquitos.